martes, 15 de noviembre de 2016

MANTECADOS CASEROS Y MÁS...


Hoy os voy mostrar algunos dulces de los que he hecho ultimamente, mantecados de aceite y almendra, un strudel de manzana o los panellets típicos de estas fechas en mi tierra.
También os comentaré mi viaje a Cazorla y, al final, los últimos libros que he leído.

Empezaré por contaros que los mantecados son tìpicos en Andalucía durante las navidades y que, en Antequera concretamente, se elaboran muchísimas variedades de ellos como son; de almendra, de canela, de chocolate, de limón, de coco, con diferentes coberturas, etc.;  polvorones tan variados como los anteriores, los alfajores de almendra, de avellana, etc. Tenemos en la ciudad varias industrias que elevan la categoría del mantecado a exquisitez gastronómica desde hace más de un siglo, creando un sinfín de sabores que hacen las delicias de todo aquel que se acerca a comprarlos y que nos mantiene la ciudad, desde el mes de septiembre aprox, con un exquisito aroma dulce.

No son pocas las personas que se desplazan desde todos los puntos de España para visitar y comprar sus dulces en Antequera,  pues durante siglos se ha mantenido la artesanía del mantecado de calidad, y hoy en día se venden online a todo el mundo sin ningún problema, así que es un mercado en auge.
Antiguamente, se elaboraban en la casa propia y se llevaban a cocer al horno, pero esa tradición se ha ido perdiendo debido seguramente a la falta de tiempo y la ventaja que supone poder comprarlos ya hechos y tan variados. Pero aún hay un sitio, al menos que yo sepa, donde se pueden encontrar a la venta los papelillos para envolverlos, así que aún hay esperanza...

Los que a mi familia más nos gustan son los que me he decidido a hacer, no son difíciles pero sí entretenidos, como todo lo bueno. Paso a explicaros el procedimiento:

Mantecados de aceite de oliva y almendras:
 Ingredientes:


*   500 grs. de Harina fina de trigo
*   100 grs. de almendras crudas peladas
*   250 gr. de azúcar glas
*   200 cl. de aceite de oliva virgen extra
*   cáscara de limón
*   ajonjolí ó sésamo.
*   más azúcar glas para cubrirlos.
*   una cucharadita de canela.

Se tuesta la harina en una sartén antiadherente, removiendo continuamente hasta que coja un bonito color tostado, pero no oscuro.
A continuación, se tuestan también las almendras y luego se muelen hasta convertirlas en granillo de almendra, (aunque hay a quien le gusta con los trozos más grandes, eso irá a vuestro criterio).
Tendremos el azúcar glas preparado de antemano, yo suelo moler el azúcar normal en un molinillo de café de los de siempre, y queda genial.
El aceite de oliva lo verteremos en la sartén y, cuando esté caliente , freiremos un poco la cáscara de limón, apartándolo del fuego antes de que se queme y le dé mal sabor, quitando después la cáscara de limón que ya no nos hace falta.. (En este punto hay quien pone el aceite crudo, repito, eso es a gusto de quien lo consume, podéis hacerlo como queráis, y quedarán geniales igualmente).
Ahora es cuando hay que ir mezclando todos los ingredientes, en un bol ponemos la harina, ligamos con las almendras, el azúcar, la canela y el aceite (vigilando que ya no queme), e iremos amasando continuamente (es mejor hacerlo con las manos, bien impregnadas de aceite, para que no se pegue) hasta conseguir una masa parecida a la plastilina, si vemos que  le falta algo de líquido se le puede añadir un chorreoncito más de aceite aunque esté crudo. 
Una vez conseguido el punto solo se trata de ir haciendo unas albóndigas pequeñas y aplastadas, lo más iguales posible, colocar en papel de hornear y espolvorearles por encima algunos granillos de ajonjolí.  El horno ha de estar caliente pero no excesivamente fuerte, 180º ó 190º , de diez a quince minutos, todo depende de si os gustan más o menos tostados y de la fuerza de vuestro horno. En el mío los he puesto en "pastel" (unos 180º) y con aire durante diez minutos, no han necesitado más.
Como véis, no es complicado y sí muy gratificante, animáos y me lo contáis.

El Mundo Esmeralda
Recién horneados...

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Y ya envueltos y preparados para comer!



Los panellets son típicos de Catalunya y se comen alrededor de las fiestas de Todos los Santos, sus ingredientes son, básicamente, almendras y azúcar, aunque con la intención de abaratarlos, también hay quien les añade patata o boniato.
Yo los hago así:


Panellets de piñones:

Ingredientes:

*   300 gr.  de almendra cruda
*   250 gr. de azúcar
*   ralladura de limón
*   un huevo


Hay que moler las almendras hasta reducirlas a pasta, luego se va mezclando con el azúcar y la ralladura de limón, al final se unen los huevos y se amalgama todo bien. Esto es el mazapán, se envuelve en papel film y se mete en la nevera a que repose durante, al menos, 12 horas.
Pasado el reposo se van formando bolitas y se pasan, haciéndolos rodar,  por piñones para que se peguen. Los de chocolate que hice, los hice rodar por un platito con chocolate en polvo. 
Se les pone en las cápsulas de papel y, ya están!





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Panellets de piñones y de cacao.

Strudel de manzana:







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Strudel sencillo de manzana

Y, por último, lo más sencillo, el strudel de manzana, el único trabajo fue hacer la compota de manzana, y fue así:
Se pelan varias manzanas,se trocean y descorazonan y se ponen en un cazo a hervir junto a alguna rama de canela y un  vasito pequeño de Pedro Ximenez, o un buen moscatel como el que hacen en Mollina.
Cuando haya evaporado el vino y las manzanas estén tiernas, la compota estará hecha.
 Colocar encima de una placa de hojaldre, cerrar y practicar varios cortes por encima, pincelar con huevo batido y al horno, terminado el strudel. Os tengo que decir que la receta original lleva pasas, pero a mi no me gustan, así que lo hago sin ellas. Como siempre os digo, ¡al gusto de cada uno!






Tenía muchas ganas de mostraros los lugares a los que he ido ultimamente, no los conocía porque, dada su cercanía, lo iba posponiendo hasta que ha llegado el momento de visitarlos. Son, la Sierra de Cazorla con el pueblo que le da nombre, Úbeda y Baeza.
Hemos ido con la intención de hacer algo de turismo, un poco de senderismo y mucha desconexión, así que hay un poco de todo...

Empezaré por contaros que, en lo que respecta al senderismo,  la subida del río Borosa es un sendero fácil, tranquilo y hermoso, con un desnivel alto pero sin gran dificultad, al menos hasta donde está indicado el final. A partir de ahí se complica un pelín y, por eso mismo, lo he dejado para concluir en otra ocasión en que el sol sea algo menos inclemente.
El paseo merece hacerse, por contemplar la naturaleza, por el sano ejercicio, por descongestionar los pulmones y endurecer las piernas, etc. Es precioso todo el camino pero, cuando comienza la Cerrada de Elías con sus plataformas de madera sobre el río, es una auténtica maravilla que ni siquiera los niños deberían dejar de ver, repito, es largo pero no encierra dificultad alguna.

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La subida, en coche, hasta llegar al punto de partida tiene algunas paradas importantes para poder disfrutar de las magníficas vistas, no dejéis de hacerlo.

De Úbeda y Baeza no seré yo quien os hable  (doctores tiene la iglesia), pero no hay que dejar de visitarlas, sus centros históricos son absolutamente maravillosos.
 De donde sí que os voy a hablar, es de la sinagoga del Agua, se ha descubierto recientemente (hace unos 5 ó 6 años aprox.) y es de visita obligada para quienes nos gusta la Historia y, además de ser curiosísima por su antiguedad y su buen estado, la guía que nos ameniza la visita nos da todo tipo de explicaciones sobre la vida y costumbres de los judíos  en Úbeda. ¡Miel sobre hojuelas!

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No puedo dejar pasar esta oportunidad sin saludar a dos nuevos amigos Salva y Nuria, ellos son los responsables de que al terminar cada día nos sintiéramos como en casa, en  una ubicación espléndida que nos permitía estar relativamente cerca de cualquier punto al que nos trasladásemos. Nos obsequiaron con su amistad y con unas largas y entrañables charlas nocturnas que nunca olvidaremos, desde aquí os digo que no tardaremos en volver.



Y, por fin, os contaré que me he leído la trilogía (este año mis lecturas van de tres en tres) de Crónicas del Señor de la Guerra de Bernard Cornwell, como siempre, entretenido y quizás con algo de historia. Se deja leer.





Como siempre para despedirme, os dejo una imagen de esta preciosa ciudad, en esta ocasión de su castillo o alcazaba.

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2 comentarios:

  1. Me están entrando ganas de hacer los mantecados. ¿Donde se compran los papelitos para envolverlos? Todo tiene muy buena pinta.

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    1. Hola, pues en Antequera solo he encontrado un sitio, es una mercería muy antigua en la que también venden las especias preparadas para la matanza, etc., en Málaga no tengo ni idea, pregunta en papelerías, mercerías, etc.
      Gracias por tu comentario, espero que te animes y los hagas aunque no encuentres los papelitos, haces menos cantidad y ya está.

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